Las regiones, ciudades y organizaciones europeas acogieron con satisfacción los proyectos de reglamentos relativos a la política de cohesión, pero afirmaron que todavía queda un largo camino por recorrer antes de que el impacto de esta política sea perceptible sobre el terreno. Asimismo, manifestaron la necesidad de mantener el nivel adecuado de financiación, un enfoque altamente integrado del desarrollo territorial, e insistieron en la importancia de la cooperación, implicando directamente a las autoridades locales y regionales en el proceso de toma de decisiones. Declarando por vez primera a una sola voz, adoptaron el "Manifiesto de St. Pölen”, una declaración que insta al Consejo de la Unión Europea y al Parlamento Europeo a que defienda los intereses locales y regionales en la política de cohesión. Martin MALVY, entonces Presidente de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos lo expresaba de la siguiente manera: “El objetivo de cooperación territorial europea es una de las políticas más eficaces para responder a las expectativas de los ciudadanos en materia de cohesión social y territorial, de desarrollo sostenible y de crecimiento económico. Según su experiencia, la CTP, que reúne las Regiones de ambos lados de los Pirineos, solicita a la UE un mayor apoyo financiero para los programas de cooperación transfronteriza con el fin de asegurar una mejor aplicación de la estrategia Europa 2020 en estos territorios.”

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