Con este acto, las autoridades locales de Baretous (Bearne, Francia) y de Roncal (Navarra, España) rememoraron la paz firmada entre ambos valles por conflictos de pastos, que data de 1375. Durante el acto que se celebra sin interrupción desde esta fecha, se ratifica un acuerdo que vino a solucionar las disputas por el aprovechamiento de pastos y fuentes. El tributo es la aportación en especie -tres vacas- que los ganaderos del valle de Baretous deben pagar a sus vecinos fronterizos de Isaba, Garde, Urzainqui y Uztárroz, todos ellos en el valle de Roncal, por el derecho al disfrute de sus pasos. Las reses que se entregan tienen que ser ‘sine mácula’ (sin manchas) y del mismo ‘astaje, pelaje y dentaje’.

Justo antes de la entrega de los animales, los alcaldes de los valles de Roncal y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional de la zona, renovaron el compromiso de paz que puso fin a las disputas.

Este año, el mal tiempo y la lluvia deslucieron ayer la tradicional ceremonia a la que asistieron la presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, y la consejera de Desarrollo Rural, Industria, Empleo y Medio Ambiente, Lourdes Goicoechea.

El Gobierno de Navarra en enero de 2011 lo ha declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial y Fiesta de Interés Turístico de Navarra.